lunes, 12 de noviembre de 2012

El impacto criminal de la crisis financiera


Estamos viviendo días de recesión económica, la más profunda desde la Segunda Guerra Mundial y, aunque muchos ya lo puedan adivinar, esto está provocando un empobrecimiento paulatino de todos los estratos sociales y en consecuencia causando un impacto en la criminalidad. Veamos que tiene que decir la ciencia criminológica al respecto.




En primer lugar se ha de tener en cuenta que los niveles de desigualdad representan uno de los factores más importantes asociados a las tasas de criminalidad en las ciudades. En su mayoría, los estudios que encontramos al respecto han puesto en relieve la gran relación de causa-efecto que hay entre los niveles de desigualdad económica y los delitos contra la propiedad. Éstos determinan que los delitos contra la propiedad aumentan durante las recesiones económicas y disminuyen a la par que la economía mejora. Hasta aquí todo correcto. Los datos solo nos muestran lo que el mundo, sin ser docto en nada, puede llegar a intuir.  Pero hay una serie de matizaciones y otro tipo de efectos que deben explicarse.


Existe una serie de grupos vulnerables a los que el mercado laboral trata con más virulencia, hablamos de las mujeres, los inmigrantes y los jóvenes, en base a diferentes análisis se cree que si la recesión continúa se producirá un aumento de la victimización. Ya a día de hoy podríamos casi adivinar una victimización generalizada de casi todas las categorías sociales.  

Analizando el factor femenino se observa la posibilidad que las tasas de homicidios de mujeres pueden aumentar con el desempleo. Hay algunas pruebas que lo evidencian de la forma siguiente. El desempleo es motivo de ansiedad y crispación motivo por el cual se puede incrementar la facilidad de que surja mas violencia doméstica a la que ya existe, pero además que las mujeres se vuelvan económicamente dependientes del marido puede hacer aumentar su exposición a dicha violencia. Ejemplo de esta posible tendencia lo da el informe elaborado por Reino Unido en el 2009 donde se observa un ligero aumento de la violencia doméstica en el último año.

Del mismo modo se prevé que la crisis económica también habilite más oportunidades para la delincuencia organizada. Los inmigrantes, sobretodo los indocumentados, al estar en mayores situaciones de precariedad, se convierten potencialmente en carne de cañón para su explotación tanto laboral como sexual, siendo a su vez mujeres y niños, los más vulnerables a ser víctimas de tráfico humano. De igual manera las organizaciones criminales pueden encontrar con mas facilidad peones en todo el perímetro nacional de entre los jóvenes en riesgo de exclusión, que no tienen más futuro que el ofrecido desde cualquier mafia sin escrúpulos que usa la miseria como una fuente de enriquecimiento más.  

                                      Gomorra de Mateo Garrone
Los últimos datos oficiales (Noviembre del 2012) por parte del Ministerio del Interior reflejan un descenso de los delitos y faltas del 1,6%, dato que no nos ha de extrañar ya que la delincuencia en nuestro país tiende a mantenerse/disminuir cada año, pese a que la información basura de los medios de comunicación haga percibir lo contrario. Pero corroborando lo expuesto aquí, los datos también reflejan que, pese a existir menos delitos, se ha producido un aumento considerable (24,5%) de los robos con fuerza en el domicilio.

La solución a este problema la vienen exponiendo múltiples organismos internacionales al demandar que se aumenten los mecanismos de protección social, de creación de empleo y de adquisición de habilidades y formación. Ya en 2010 se decía desde el Informe Internacional de la Prevención haciendo un llamamiento a los países para que llevasen a cabo estrategias de prevención del delito que permitieran evitar la necesidad de llevar a cabo las costosas intervenciones de justicia penal. Es fundamental centrarse en fortalecer la prevención del delito y la protección social, así como el apoyo específico a los grupos vulnerables. Medidas para ayudar económicamente,  planes para obtener un empleo seguro y medidas preventivas en las zonas de la ciudad con alta criminalidad son las únicas que pueden aumentar la capacidad de recuperación de las comunidades e individuos. Propuestas y medidas criminológicas que son abatidas con la letal indiferencia de los poderes públicos, de éste y resto de países; provocando el mantenimiento de una constante y prologada decadencia de la que no será fácil salir.