lunes, 30 de junio de 2014

La Prostitución a Debate

Desde que acabé mi colaboración (díganse prácticas) en el Observatorio de la Delincuencia de Castelldefels, he estado dándole vueltas sobre cómo enfocar, sin ser un tostón al uso, la explicación de los resultados de un estudio* realizado en esta entidad sobre la influencia de los prostíbulos en la seguridad del municipio, y la percepción de ésta por parte de los comerciantes. Encontré la oportunidad hace unas semanas en varios periódicos digitales al leer la noticia sobre la nueva ocurrencia que los inspectores de hacienda han tenido para aumentar la recaudación tributaria, diezmada en los últimos años de crisis, mediante los impuestos que generarían actividades como la prostitución o el tráfico de drogas blandas, de ser reguladas.  


La revolucionaria idea no deja de ser la misma y vieja justificación que popularmente se da a la hora de apoyar la legalización de la prostitución o las drogas: El argumento recaudatorio, el cual yo mismo defendía años atrás; un argumento simplista alejado de la compleja realidad qué conforman esas “actividades”, que requieren, si más no, de un análisis en profundidad.  

Centrándonos en el tema de la prostitución debemos reflexionar al respecto si disponemos de todos los datos para la correcta valoración, que a veces se hace tan a la ligera, del asunto. ¿Conocemos de verdad todos los elementos y enfoques del tema para poder emitir una opinión decentemente contrastada? Mi experiencia dice que no, pero como suele ocurrir en todo lo criminológico (y no tan criminológico), se opina y se defienden las posturas que mejor se adaptan a nuestras necesidades, valores y pensamientos sesgados, sin pensar de verdad en si los argumentos expuestos son realmente válidos.  

Volvamos al estudio realizado en el Observatorio de la Delincuencia. En él pretendíamos observar la percepción de los comerciantes sobre la influencia que, el cierre de los dos macroprostíbulos del municipio había causado en la delincuencia del municipio, cinco años atrás. Es decir, queríamos observar si la desaparición de los prostíbulos había afectado en la percepción de seguridad de los habitantes del municipio en el que estaban situados.
El Riviera y Saratoga eran dos macroprostíbulos situados en las inmediaciones del municipio de Castelldefels en Barcelona. Su afluencia era máxima y su popularidad mayor, hasta que en 2009 fue cerrado por orden judicial, saliendo a la luz toda una organización de carácter mafioso dando lugar a una trama de corrupción policial y prostitución ilegal del que resultarían imputados empresarios, abogados, policías y algún que otro cargo político administrativo. (Más información: elllobregat y elperiódico)
Sabemos mediante la comprobación empírica que el cierre de los prostíbulos si que ha beneficiado a la seguridad del municipio y ha repercutido positivamente en el control y disminución de la delincuencia (de hasta un 30%) Incluso se ha dado la llamada distribución de beneficios, es decir, el cierre ha beneficiado en mejorar no solo ámbitos delincuenciales directamente relacionados con las actividades realizadas dentro de los prostíbulos, sino que ha diezmado la delincuencia general del municipio, pese a no tener un nexo de causalidad directa.

Al analizar los resultados de la encuesta, la cual disponía centraba la mayoría de sus preguntas en de analizar si esa relación de causalidad entre delincuencia y existencia de prostíbulos era notablemente percibida por el conglomerado de comerciantes del municipio, extraímos dos conclusiones básicas:   
  • La mayoría de encuestados no tenía constancia de la influencia delincuencial que tenían los prostíbulos para el municipio. En la mayoría de los casos dudaban en sus respuestas, ya que era algo que nunca se habían planteado, y acababan enfocándolas en un sentido u otro en base a su opinión personal acerca del acuerdo o desacuerdo con la existencia de este tipo de locales. Es decir, por lo general quien estaba en desacuerdo manifestaba mayores beneficios desde su cierre, mientras que quien estaba de acuerdo no reconocía una mejora en la seguridad del municipio. Hasta aquí todo correcto, ya que como presuponíamos, la gente no especializada en criminología, no tiene porque analizar este tipo de causa-efecto. Se desconocen que dinámicas delincuenciales crean estos negocios, más allá de las experiencias vividas en primera persona.  
  • Por lo general el acuerdo o desacuerdo con la existencia de este tipo de negocios solía estar relacionado estaba con el provecho económico que la existencia de los locales hacía repercutir en cada uno de los comercios. Es decir, aquellos comercios que vieron disminuidos sus ingresos a raíz del cierre del Riviera y el Saratoga, (ya sea porque eran las chicas que trabajaban las que mayoritariamente acudían, porque subministraban a esos locales, o porque tenían mayores niveles de afluencia por concurrir con su clientela habitual, los esporádicos -pero constantes- clientes de los prostíbulos), mostraban un mayor apoyo a la posible reapertura que los que tenían un funcionamiento no dependiente de los susodichos locales.    

Desde este punto es ahora más fácil entender que, como he mencionado al inicio, toda opinión queda dirigida por otros factores distintos a la concreta cuestión a debatir. Ello acaba reflejándose, si nos trasladamos a la opinión ciudadana en general, en que quien apoya parece omitir los perjuicios que comporta el ejercicio de la prostitución y la permisividad de locales de alterne, mientras que quien lo rechaza no parece que encuentre otros argumentos de oposición, más allá de la ética y la moralidad. En ambos casos yo lo achaco al simple desconocimiento. La mayoría de ciudadanos, ya sean comerciantes de Castelldefels o no, siguen/seguimos similares parámetros a la hora de opinar sobre la regularización/legalización de la prostitución; tenemos los mismos sesgos. Por lo general, no atendemos a razones objetivas sino que, como es lógico, nos influencia nuestra propia visión, siempre parcial y con poco contraste del resto de argumentos contrarios a los propios.  

Por todo ello, y con el fin de que se conozca más la realidad de la prostitución, creo necesario remarcar una serie de elementos y reflexiones que deberían plantearse y aclararse en todos los debates que se hagan al respecto:   

Hay una prostitución no penada o despenalizada. 

Se trata de aquella ejercida de forma libre, consentida y propia por un mayor de edad. En reiteradas ocasiones el Tribunal Supremo ha catalogado de “actividad económica ejercitada de manera independiente” como en el caso de la STS 7727/2004 Con ello se desmonta el mito de la falta de libertad hacia la mujer u hombre que quiera voluntariamente vender su cuerpo, ya que el ejercicio de esa libertad, está permitido. Lo que se castiga penalmente es el proxenetismo, el lucro por la explotación de la prostitución de otra persona. Cuando oímos que se multa a la prostituta que ejerce en la calle, no estamos en una contradicción, sino rigiéndonos por ordenanzas municipales que regulan lo permitido en VÍA PÚBLICA. Impidiendo, entre otras muchas actividades, el ofrecimiento de servicios sexuales. Nada impide que se realice en lugar privado.   


La libertad en un burdel está sobrevalorada.

Por un lado son una minoría las mujeres que están ejerciendo la prostitución libremente. Por otro, La libertad que se expresa para decidir ejercer la prostitución no debería servir para justificar que aquella mujer deba someter su ejercicio de trabajadora sexual a la supervisión y control de un tercero. Ya se le nombre Madame, Chulo o Jefe. Eso es proxenetismo, y al final como todo negocio lo que se busca es la rendibilidad máxima, que se traduce en una tendencia a forzar a la sobrexplotación sexual. Sabemos que existen distintas estrategias que tienen el fin de coaccionar indirectamente a que las trabajadoras sexuales multipliquen sus servicios. De sobras conocidas son las amenazas y uso de la fuerza, pero hay otras vías indirectas que camuflan todavía más dicha coerción: Se puede desde subministrar hormonas sexuales que aumenten el deseo sexual y a la vez retrase las menstruaciones, hasta incitar al abuso de sustancias para conseguir una dependencia hacia las mismas que impida el abandono de la profesión. En el mismo caso del Riviera y Saratoga así se producía (info) Por ello se ha de tener mucho recelo cuando el ejercicio de esta actividad está sometida bajo los parámetros de una organización "proxenetizada".  


El eventual control de los derechos laborales y cumplimiento de la legalidad por parte de los prostíbulos es, también, sobrevalorado. 

Es de verdad posible realizarlo? Hay personal cualificado y recursos disponibles para mantener a raya los burdeles sin que se repita un Caso Riviera y Saratoga?  Pensémoslo, actualmente ya existe cierta facilidad para trabajar en negro y al margen de la ley, además se carece de personal destinado a las inspecciones y los recursos públicos son cada vez más escasos. Si a esta situación le sumamos la alta generación de ingresos que tiene un prostíbulo, la facilidad de corrupción se suma como elemento para conseguir mantener en clandestinidad tanto el proxenetismo como otras actividades ilegales, ya sea tráfico de drogas, de armas o de personas, incluso de menores.   


El efecto desinhibidor de la legalización nunca se menciona

Pocas veces se habla de los daños colaterales que supone legalizar la prostitución sin restricciones y pensando únicamente en los supuestos beneficios que se darán, como pueden ser las regularizaciones administrativas que permitan cotizar, la mejora de condiciones laborales, de seguridad para las chicas… Si analizamos lo ocurrido en los países que han adoptado un modelo legalizador en Europa, hemos de fijarnos en Alemania y Holanda. Países que parecen ser ejemplarizantes por sus políticas patinaron al levantar las prohibiciones a los prostíbulos y permitirles funcionar a plena legalidad. Lo que ocurrió es que las organizaciones dedicadas a este negocio vieron abiertas sus puertas a tener un amparo legal, que además de legitimarles, les probeía de mayor campo de actuación para llevar a cabo el tráfico humano. Resultó que la legalización colaboraba el encubrimiento del trafico de mujeres, las cuales son la mayoría, frente al escaso 15% de las prostitutas reguladas. La legalización provocó un aumento del tráfico, sobretodo del infantil que se diversificó en todas sus posibilidades. Por si fuera poco, las distintas ONG’s además han constatado que las mejoras higiénicas, laborales y de seguridad no han sido alcanzadas ni de lejos. (Estudio referente
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A la vista de lo expuesto, queda patente que el tema “económico” que tanto preocupa a los Inspectores de Hacienda, (y con más razón a los comerciantes de Castelldefels) es tan solo una cara del gran prisma que conforma el tema de la prostitución. Finalmente el Riviera y Saratoga, no volverán a reabrir sus puertas puesto que las licencias han caducado y la sentencia resultante del caso a sido condenatoria. Por más disgusto que pueda suponer para los que apoyaban su reapertura, ha de pensarse que no era oro todo lo que relucía, y es que: Legalizar el Proxenetismo, es en muchas ocasiones lo que se está apoyando cuando se pide legalizar la prostitución. Quizás si que sea útil y necesaria una regularización, pero  requiere previamente un estudio profundo y replantear las propuestas que hasta el momento se han emitido. No es tan simple legislar una realidad que pese a estar en boca de todos, no la conoce casi nadie.




*El estudio de percepción no puede ser publicado, por el momento, de ahí que no hayan cifras ni datos detallados. Pero si alguien está interesado en él, puede hacerme llegar su correo electrónico. Como premio de consolación aquí dejo un interesante Artículo sociológico

2 comentarios:

  1. El estudio de la Generalitat de Catalunya al que se enlace está lleno de ideología feminista radicalizada y prejuicios. Obviamente la prostitución puede llegar a ser esclavitud si las condiciones en las que se ejerce son los suficientemente malas pero exactamente lo mismo ocurre con cualquier actividad laboral. Este estudio es más realista: http://www.lne.es/oviedo/2013/03/02/prostitutas-cuenta-propia/1376190.html

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    1. Buenos días.
      En primer lugar una aclaración. El estudio al que creo que haces referencia no se trata de la Generalitat de Catalunya sino de un estudio en respuesta a la propuesta de hace unos años de regularizar la actividad.
      Respecto a la noticia que me añades. Por un lado creo que no se pueden comparar comunidades autónomas, ya que las dinámicas son diferentes. Puede ser que en un municipio con altas cotas de turismo, más población y afluencia, la oferta sexual y tráfico fluya de otro modo. No podemos extrapolar, así lo bien específica el psicólogo al que han preguntado para el artículo en el párrafo "las peculiaridades de la prostitución en Asturias". La clave está, creo yo, en que funciona todo en pequeños bares y no son macroprostíbulos, ni es prostitución callejera proxenetizada. Es más cercano la prostitución tradicional a la que estábamos acostumbrados y creo que de hecho la noticia sobre Asturias, lo es porque ser una situación que sale de lo habitual.
      Por otro lado, las cifras internacionales sobre el tráfico humano y las mafias destapadas en los últimos años en las grandes ciudades de nuestro país hacen palpable un problema oculto, a veces, tras un liberalismo adaptado a justificar la victimización de la mujer.
      Tema no exento de debate, obviamente.
      Gracias por la aportación!

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